SUPER SPOILER ALERT - A partir de aquí destriparemos una película que no se estrenará en España hasta septiembre, y que he podido ver porque.... un amigo me ha traído una copia en DVD desde EEUU (ejem). Así que he avisado....
Como decíamos, "¿Qué les pasa a los hombres?" está basada en un libro de autoayuda, titulado en España "¿De verdad está tan loco por tí?", traducción aproximada de "He´s not that into you". Merece la pena que describamos el origen de este título: el co-autor Greg Behrendt (de hecho el principal autor; Liz Tuccillo actúa como simple contrapunto) trabajaba como consultor en "Sexo en Nueva York" (serie que también tiene bastante de chick flick pese a su aparente "feminismo de tercera ola") cuando en una escena escribió esta frase para que uno de los personajes masculinos explicara a Miranda que el hombre con el que salía no estaba enviándole mensajes cruzados: simplemente no estaba tan interesado en ella (que sería la traducción más fiel del original). Partiendo de esta frase, el redactor del libro (hablamos de un libro de autoayuda: llamarlo "autor" o "escritor" parece un poco fuera de lugar) intenta explicar a sus potenciales lectoras que cuando un hombre no muestra inequívocamente su interés en una relación con ellas, no existe tal interés. Su tesis es que los hombres, en general, saben lo que quieren y no tienen un especial miedo al compromiso: a lo que tienen pánico es a decirle a una mujer que no están interesados en comprometerse con ella. O sea, que la cobardía masculina existe, pero no exactamente como la pintan las chick flick (o sea, como oligofrenia emocional masculina, con perdón de los oligofrénicos). Por lo tanto, no hay que interpretar las señales: si un hombre no expresa claramente su interés por una mujer, es que ese interés no existe y simplemente no se atreve a decirlo, y prefiere no contestar las llamadas, mentir, y demás canalladas que se asocian habitualmente a la natural iniquidad masculina del siglo XXI. Por resumir, la respuesta a la pregunta "¿Qué les pasa a los hombres?" sería "Que no les gustas y no se atreven a decírtelo".
Esto es un torpedo en la línea de flotación de las chick flick y las comedias románticas. Todas ellas se basan en la suposición de que los hombre se hacen los difíciles para comprometerse porque... son hombres. Pero tras un tira y afloja, unas llantinas y con la ayuda de tus amigas, terminan en el altar. Porque te quieren. Entonces, si llegamos a la conclusión de que los hombres o bien te quieren , lo dicen y se casan contigo sin más drama, o bien no te quieren y por eso no te lo dicen... pues las chick flick tendrían que pasar a ser cortometrajes o acabar mal. Y la primera opción es la más plausible en este caso...
¿Qué hacemos con esto? ¿Como conjuramos el peligro?, que nos jugamos mucha pasta fácil... Pues compramos el libro y nos basamos en él para hacer una película que diga exactamente lo contrario. No quiero ser dramático con esto, pues los autores han colaborado encantados y tampoco es que se hayan cargado "El animal moribundo" de Roth (esa fue la Coixet), pero nos hallamos ante una de las adaptaciones menos fieles de la historia, y no porque se hayan utilizado libérrimamente los consejos y casos "reales" que se cuentan en el libro para elaborar una trama convencional (solución original de cómo adaptar un libro de autoayuda, por otro lado), sino porque se utiliza para llegar a conclusiones opuestas a las del original.
Al lío. Baltimore, EEUU: tres amigas trabajan juntas (nunca se nos dice en qué; sabemos que están en una oficina). Son Jennifer Connelly, Jennifer Aniston y Ginnifer Goodwin. La primera está casada con Bradley Cooper; la segunda tiene una relación desde hace años con Ben Affleck que éste se niega a legalizar; y la tercera sigue en el dating game con poca suerte, pues los hombres que le gustan, como Kevin Connolly, no le llaman tras la primera cita.
Kevin Connolly tiene un amigo, Justin Long, que dirige un bar y ejerce de womanizer sin coartadas ni engaños. Cuando la Goodwin llega a su bar esperando hacerse la encontradiza con Connolly, Long la conoce y, viendo sus dificultades con los hombres, la "adopta", enseñándole a partir de ese momento a reconocer las señales de que un tío no está por tí (actuando como alter ego del autor en cierto sentido).
Connolly también tiene una amiga con derecho a roce (aunque poco roce), Scarlett Johansson. Esta se encuentra con Cooper en un supermercado y, tras las rituales reticencias de hombre casado, comenzan una aventura.
Finalmente, la Aniston, tras llegar a la conclusión de que Affleck no se va a casar con ella nunca, lo deja, pese a reconocer que es una pareja maravillosa.
(Nota: este es un código chick flick bastante habitual. Hay dos tipos de "Hombres que no quieren casarse": el tipo 1, que engaña a su novia, la trata como basura y claramente la tiene para el polvo ocasional si no aparece algo mejor, y el tipo 2, que es fiel, atento, colabora en las tareas del hogar pero no quiere casarse. Si al tipo 2 lo llamaran "hombre que no quiere tener hijos" todo estaría mucho más claro, pero debe ser un tabú de Hollywood o algo así)
También hay otra subplot protagonizada por Drew Barrymorre, pero sólo sirve para comprobar que, asombrosamente, la Barrymorre es cada día peor actriz (tiene mérito, el listón está muy bajo) Corramos un tupido velo.
El desarrollo de las tramas no tiene demasiadas sorpresas: si acaso la confesión espontánea de Cooper de su infidelidad sin motivo aparente (más allá de su debilidad) y el retrato curiosamente amable del personaje de Long (un picaflor honesto y sin complejos que no engaña a nadie). Pero las sorpresas vienen con el (aparente) desenlace:
La Goodwin, como es lógico en un personaje que parece el retrato robot de las amantes del chick flick (de hecho, utiliza como guía amorosa "Una maravilla con clase" (1985, Howard Deutch), que es un cruce entre chick flick y comedia-adolescente-de-John-Hughes), comienza a ver señales por todas partes en su relación con Long, y pese a las evidencias en contra (como coqueteos descarados con otras mujeres) literalmente se le tira encima. Obviamente, él escapa y comprueba estupefacto que todo lo que le ha dicho a la Goodwin ha pasado de oreja a oreja sin escala intermedia y que como ella le espeta que como cree en el amor, al final lo encontrará por mucho que por el camino haga la imbécil, y en cambio como él no cree en el amor (¿?¿?¿) terminará solo.
Esta escena, bastante desagradable de ver para los que nos afecta la verguenza ajena, sería el perfecto colofón para la historia de esta chica que no es mala persona, pero le han metido en la cabeza demasiados pajaritos. Pero es que después de esto, varias escenas que si fueran en blanco y negro y habladas en ruso no parecerían más pegote hacen que Long se dé cuenta de que la quiere, deje de dormir y comer por ella y finalmente suplique su perdón y la preñe casi de inmediato (que el reloj biológico avanza). O sea, no un pajarito, un pajarraco.
En cuanto al resto de las tramas, algo similar: la Connelly deja a su marido, pero no porque la engañe, sino porque !!fuma a escondias!! (vale, tal y como está narrado tiene cierta lógica, pero no deja de tener coña); la Aniston, tras convivir unos días con sus cuñados y compararlos con Affleck (que !friega platos!, !!cuelga cuadros!!, !!!está mucho más cachondo que sus cuñados!!!) decide transigir y volver con él, aunque ello signifique renunciar al matrimonio (recordad: =hijos) Una decisión difícil, pero tan madura como intolerable en una chick flick (que transijan ellos, el mundo debe ser poblado!!!!), que obviamente es solucionado con otro pegote de calaña similar al anterior en el que Affleck cae de la burra porque sí y se casan, vaya si se casan. Finalmente, Johansson decide dar una oportunidad a Connolly y este tarda dos días en comprar una casa tamaño familia numerosa y proponerle matrimonio, pero ella decide renunciar a "todo con lo que cualquier chica sueña" (toma ya!!!) porque en el fondo no le quiere. Y termina sola (porque Scarlett es demasiado hot como para terminar casada en este género. Las chicas sexualmente agresivas siempre terminan solas)
Como vemos, no hallamos ante una chick flick que lo es porque se le han pegado diez minutos finales que parecen sacados de otra película. ¿Ha existido remontaje por parte de la productora? Sinceramente, no lo creo. Tanto Kwapis como Behrendt llevan demasiado tiempo trabajando en este género como para saber que los finales lógicos que hemos descrito no son aceptables. Por lo tanto, se puede asumir que han filmado y escrito la chapuza de manera tan grosera a propósito. Si seguimos elucubrando, se podría pensar que lo han hecho para reirse de su público objetivo, de su falta de criterio, de sus inmensas tragaderas para todo lo que contribuya a un final feliz que le haga pensar que para ellas también habrá un final feliz. Que, en el fondo, esta sí que es la chick flick que acabará con todas las chick flicks.
Bien, espero haber demostrado con este coñazo que se puede escribir una crítica sesuda de cualquier cosa. Si has llegado hasta aquí, mis felicitaciones y mi agradecimiento. Continuaremos con la película a la que nadie hizo caso del director que un año después hizo la película de la que todo el mundo hablaba, y todo eso con ochenta y tantos años. ¿Adivináis cual es?, y ¿adivináis cual me gusta más?