La noticia en el mundo del cine de los últimos días (y de las próximas semanas, a juzgar por los comentarios que se oyen) es la decisión de la Comisión Calificatoria del Ministerio de Cultura de otorgar una calificación "X" a la sexta entrega de la serie "Saw", que debía haberse estrenado este viernes. Y digo debía porque esa decisión supone de facto su prohibición, dado que solamente existen hoy en día ocho salas X en España, y sin las condiciones necesarias para estrenar una película comercial. Varias reflexiones sobre esta cuestión:
- La tal Comisión Calificatoria recuerda poderosísimamente a la Motion Picture Association of America que tan bien se describía en "This film is not yet rated" (2006), documental-guerrilla a la Michael Moore en la que se descubría la opacidad, venalidad y falta de democracia de la tal comisión y su tendencia a "perdonar" la violencia antes que el sexo o la mala palabra. En España ha ocurrido lo contrario, pero todo lo que escucho sobre la Comisión (personajes monaguillescos, opacidad absoluta, falta de motivación de las decisiones) recuerda lo que se describía en esa película (a la que, por supuesto, se quiso censurar).
- No olvidemos que el informe de esa comisión NO es vinculante, y que la última decisión corresponde al presidente del Instituto de la Cinematografía y las Artes Visuales, Ignasi Guardans, que me extrañaría mucho que hubiera tomado esta decisión sin consultarlo con la Ministra que lo ha traído, Angeles González-Sinde. Esto es una decisión política, lo que no significa per se que sea mala o buena, simplemente que es una decisión con un calado mayor que el estreno o no de una película.
- Disney estará de los nervios: por un lado, les hunden la fuerte campaña de promoción que habían montado. Por otro, les ofrecen gratis otra campaña que ni siquiera ellos hubieran podido pagar. Pero para aprovechar esta última tienen que provocar que se revierta esta decisión lo antes posible, por lo que estarán ahora mismo haciendo lobby como si les fuera la vida en ello.
- Finalmente, lo más importante: esta es la demostración de lo absurdo que es el sistema de calificación por edades español. De facto, hay dos calificaciones: X o no-X. ¿Por qué?, porque lo demás son recomendaciones que ni sirven para nada ni hay manera de aplicar. Dado que las salas X son anexos a sex-shops que presumo poco recomendables, la conclusión es que en España no existe un sistema de calificación de películas que pueda impedir o dificultar que un chaval de 8 años vea "Anticristo", "Hostel" o las películas de Larry Clark si le da por ahí, pero sí que se puede prohibir el estreno de una película si al director del ICAA se lo parece. O sea, lo mejor de ambos mundos. No descarto que esto haya sido una explosión controlada para plantear el cambio de regulación, pero si ha sido así es una nueva muestra de que los que se encargan de la comunicación en el Gobierno deberían ser incomunicados. Permanentemente.
Por cierto, no he visto "Saw II" y siguientes; no me haría gracia que mi (hipotético) hijo de doce años fuera a verla; y sé que si un sistema diferente le impidiera entrar en la sala tardaría 3,4 segundos en descargarla y verla sin que yo me enterara. Es complicado. Así que no creo que sea una cuestión que se solucione gritando "Censura!!!!" o "Libertad!!!".