miércoles, 24 de junio de 2009

Pues a mi me gusta!!! - 2.- Jungla de cristal: La venganza

Con el género de acción ha ocurrido algo gracioso: la crítica parece haber pasado sin solución de continuidad de detestarlo a añorarlo. Parece que en algún momento todos se fueron a la cama despreciando al Governator y todo lo que representaba y al día siguiente se despertaron echando de menos a McTiernan, Donner... qué digo, hasta al primer Renny Harlin!!! Puede que en el fondo a gran parte de esos críticos les divirtieran esas películas pero les diera verguenza decirlo mientras estuvieran de moda, pero ahora que el género agoniza les parece seguro y hasta avant la garde. O puede que fueran los marcianos.

Sea como fuere, hoy en día no está mal visto alabar "Jungla de Cristal", lo que me parece bien, obviamente. De hecho, tengo un especial cariño a esa película, dado que las tres primeras películas que fui a ver con mis amigos (es decir, sin mis padres/abuelos/etc) fueron "Arma letal", "Robocop" y la primera Jungla. Con esos principios, ¿a quién puede extrañar mi cariño por el cine de acción?
Pero de lo que trata esta sección no es de dar cera/pulir cera a películas con un cierto grado de reconocimiento, sino todo lo contrario, por lo que dedicaré esta entrada a defender que la mejor película de la saga es la tercera: "Die Hard: With a vengeance" (Pequeña digresión: !qué difíciles de traducir son los títulos de esta tetralogía¡. Lo más cercano a la traducción literal que se me ocurre sería "Difícil de matar", "Difícil de matar 2: más difícil de matar", "Difícil de matar: A lo bestia" y "Vive libre o muere (difícilmente)". En serio, dicen eso. O sea que estaremos de acuerdo que en este caso el Traductor Loco tenía razón)

"Jungla de cristal: La venganza" (a partir de ahora, la Jungla 3) marcó el regreso a la franquicia de John McTiernan después de siete años, aunque con un solo film entre medias, la simpática "La jungla 2" de Renny Harlin. Algún crítico incluso aventuró que esta vuelta significaba un castigo del estudio por el estruendoso fracaso comercial de "El último gran héroe" (película que algún día pasará por aquí, vaya que sí). O sea, que si mañana dirijo una película que hace perder millones de $ a mis productores, estos optarán por no partirme las piernas, sino encargarme otra película que cueste millones de $ para que aprenda. Vale. En cualquier caso, se optó por rescatar únicamente a Bruce Willis de los actores de las anteriores películas y rodearlo de un reparto repleto de secundarios familiares para los seguidores del cine de los noventa, como Graham Greene o Collen Camp, y de dos incorporaciones de impacto: Samuel L. Jackson, recién salido de "Pulp fiction", como Zeus Carver, el involuntario compañero de aventuras de McLane, y Jeremy Irons como Simon Gruber, el villano de la función. Esta renovación no se quedó en el reparto, sino que el personaje de John McLane presentó una importante renovación. Del amante marido y padre de las dos primeras, cuya única preocupación es el bienestar de su familia, pasamos al divorciado borracho y de vuelta de todo, como se muestra en la ejemplar primera escena (ejemplar por como se presenta un protagonista, una situación de partida y unos personajes secundarios en cuestión de minutos, narrando con el diálogo, los encuadres, los gestos de los actores algo que otro director hubiera necesitado cinco minutos de metraje y un cartelito de "Dos años después" para narrar). McLane es ahora perseguido por su pasado, pues un terrorista que ha colocado bombas por toda Nueva York exige que protagonice una peligrosa gymkana por toda la ciudad, cuya primera prueba es que se pasee por Harlem vestido únicamente con un cartel que dice "Odio a los negros".


Evidentemente, como ya sabemos que la Jungla es un género codificado en sí mismo, los terroristas nunca son terroristas sino ladrones, con un plan para robar la Reserva Federal utilizando el puteo de McLane como cortina de humo (literalmente); lo que no esperan es que McLane les chafe el plan (¿de veras?, o sea, eres un Maestro del Crimen que planeas durante años tu Golpe Definitivo... ¿y quieres que McLane esté en tu hemisferio cuando lo hagas? Mal karma). En fin, quien busque realismo que siga buscando, esto es diversión de la buena. Y, atención, tiene un SUBTEXTO impresionante (y en este momento es cuando los colegas que están leyendo esto y han sufrido mis idas de olla ponen los ojos en blanco): John McLane es EL MALO DE LA PELÍCULA.

No, no he fumado nada y tampoco te voy a dar. En la película, Simon Gruber (Irons) quiere robar las reservas de oro del Banco de la Reserva Federal de Nueva York, unos 140.ooo millones de dólares de nada. Además de asegurar la jubilación, este robo causaría el inmediato desplome de la economía mundial (como lo de ahora, pero fast forward), acabando de un plumazo con el sistema capitalista. Ergo, Simon no es un ladrón, es un revolucionario. En cuanto a McLane, además de un miembro de las Fuerzas de Seguridad del Estado, es un reaccionario, como muestra su comentario en una de las escenas de la película ("-Quien es el 42º presidente de EEUU? - Hillary Clinton!!"), además del salvajismo mostrado a lo largo de la película (mata en pantalla a 13 personas, una de ellas mientras se rendía, mientras que la banda de Gruber sólo mata a 2, siendo además reprendidos por ello los asesinos. Datos aquí: efectivamente, existe una web dedicada a contar los muertos de las pelis de acción. Adoro Internet). Por lo tanto, tenemos a un revolucionario que pretende dar un golpe lo más incruento posible para destruir la economía capitalista enfrentado a un oficial del orden fascistoide, borrachín y aficionado a disparar primero y destripar después... de nuevo, ¿quién es el malo?

Por supuesto, todo esto pueden ser desvaríos, pero cosas más raras se han escrito sobre otras películas más artísticas sin que nadie haya pestañeado, así que reclamo mi derecho a la interpretación libre de los blockbusters. En cualquier caso, esta es una película de la que se disfruta cada visionado y que hace desear que McLane solucione sus problemas legales y siga haciendo películas (preferentemente en el lugar de McG o Michael Bay, que es tan simpático como personaje cómico como horripilante dirigiendo escenas de acción). Yippie ki-yay, motherfuckers.

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